Por FranklinOnésimo Tavárez Sánchez, MAE. /MAM.
Durante nuestra existencia, de modo especial en la época de juventud, vemos discurrir los días con la preocupación de llenar las expectativas de los otros, buscando su aprobación o tratando de aparentar lo que no somos; ya sea en el aspecto financiero, emocional o físico. Le llamo -vivir de apariencias- y mientras estamos inmersos en ese rol, no alcanzamos la felicidad completa.
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Es que la plenitud la logramos con los años o si siendo jóvenes maduramos emocionalmente y entonces -sin ser egocentristas o narcisistas- entendemos que nadie va a vivir la vida por nosotros y es a partir de entonces que nos importa poco complacer o aparentar a nadie más que no sea la persona nuestra…Cuando logremos ese estado, nos volvemos sencillos, disfrutamos los detalles y únicamente conservamos el círculo afectivo de aquellos que no fisgonean o fiscalizan; siendo capaces de reir nuestras risas, a la vez de unirse en el llanto, sin juzgar o pedir explicaciones.A propósito, tú, amigo receptor…Estás en la época de aparentar al prójimo o simplemente disfrutas cada sorbo de vida, importándote un bledo el parecero o deslumbrar a tus semejantes?
Soy @FranklinOnesimoTavarezSanchez.Hasta otro próximo granito de arena R. D.