Por Franklin Onésimo Tavárez Sánchez,MAM. /MAE.
Los mercadólogos definimos el rebranding como la estrategia que nos lleva a modificar de forma total o pacial los elementos que forman parte de una marca, de cara a redefinir su posicionamiento.
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En el caso del @Partido Demócrata de Estados Unidos, el rebranding ha de ser aplicado al conjunto de su estrategia para retener la presidencia, cambiando de candidato, lo que involucra acciones tanto en la marca partidaria como en la del /a candidato que resulte electo de su contienda interna.
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El panorama luce interesante, pues si bien Kamala Harris pareciese ser la alternativa más idónea al analizarlo de manera superficial, lo cierto es que las métricas de mercado no le han dado los numeros adecuados para contender a Donald Trump, toda vez que éste ha venido repuntando y que el reciente -presunto atentado, además del débil desempeño de Biden en el debate y los rumores sobre su salud han jugado en favor de los Republicanos.
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Volviendo al tema, decimos que la renuncia del President Joe Biden abre una lucha de fuerza por la carrera presidencial para los demócratas, quienes al no poder señalar con el dedo a Harris, invertirán un importante tiempo en seleccionar al postulante a sustituto del actual número uno de la poderosa nación del norte y esa experiencia puede generarles fisuras en la unidad interna o fortalezas, dependiendo de cómo manejen sus estrategias.
Decimos que el rebranding adecuado debe conllevar a usar la marca del partido demócrata y sus logros tradicionales, incluyendo el legado de Barack Obama y los otros liderazgos estatales y nacionales, junto a las luces que haya tenido la actual gestión presidencial, para que basado en eso, todos los pre-candidatos salgan a proyectar por todo Estados Unidos, sus aspiraciones, siempre arropados en la marca partidaria.
Si los postulantes asumieran esa línea de acción, se acogieran a un pacto de respetar los resultados de la convención demócrata y sumarse cien por ciento a la candidatura que resulte ganadora, podrían convertir en fortaleza tener numerosos postulantes recorriendo la nación, contra un Donald Trump ya seleccionado y con virtudes -defectos conocidos, en contraposición a si seleccionaran a la actual vice-mandataria por el dedo, pues aunque sería ahorrar tiempo para proyectar de forma oportuna a las marcas demócrata y Harris, nada garantizaría que ella repunte y que quienes fueron pre-candidatos en la contienda que ganó Biden, verían con buenos ojos que no se les deje competir.
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Sin embargo, de modo no profundo, el panorama actual pareciese favorecer a trump y habrá de ser el rebranding mezclado que puedan poner en marcha, los demócratas, lo que arrojaría cambios en el posicionamiento electoral estadounidense, toda vez que todo parecía indicar que con Biden no se ganaba y ahora, un aparente muerto político pudiese resucitar tras ser revictimizado…
DE ESTE TEMA, SEGUIREMOS HABLANDO.
Nota: El autor posee titulaciones de grado y maestrías en mercadeo, educación, administración, contabilidad, comunicación, director del Centro Educativo Profesor José Antonio Espinal Lugo