A su llegada al país el merengue enfrentó serias críticas, e incluso en el año 1975 el ex presidente Ulises Francisco Espaillat desató una campaña que atentaba con la existencia de ésta música, alegando que el contenido de su lírica era vulgar, por lo que la clase alta no la consumía y se quedaba en los extractos de menos poder adquisitivo.
A pesar de todo lo negativo que con mucha razón podamos atribuirle al dictador Leonida Trujillo, es a partir de su ascenso al poder que el merengue adquiere nueva dimensión, en virtud de los grandes aportes que éste le hizo al género y acabó con la estigmatizacion que se había desatado en su contra, de hecho el mandatario de ese entonces invirtió en los arreglos para que el sonido fuera mejor digerido y fomento la aparición de nuevos grupos merengueros, a los cuales sustentaba y los proyectaba en sus actividades proselitistas, tanto así que el músico y compositor Pedro N.Perez se inspiró en el mandatario y le escribió el tema «Seguiré a Caballo», el cual sirvió como tema promocionar de su campaña en el 1942.
Es a partir del 1930-61 que el merengue alcanza niveles imaginables, obviamente que el poder del jefe se impuso y todos los artistas de la época iniciaron un gran movimiento de adhesión al tirano y las composiciones en alabanza al régimen no se hacían esperar, luego de la muerte de trujillo, la República Dominicana inicia una nueva era y los cambios se expresan en todos los ámbitos de nuestra sociedad y obviamente que el merengue no podía estar de espalda a esa realidad. ( de la revolución musical que marcó la caída del tirano, hablaré en la próxima entrega).
Espere nuestra segunda parte de este tema
Nota: El autor es dirigente de político y ha ejercido el Periodismo de corresponsalía y opinión por muchos años, habiendo sido propietario del desaparecido canal televisivo Telerumbo, Canal 33