LA PROPIEDAD PÚBLICA.ARTíCULO DE OPINIóN DE RAMóN DE LUNA

PERIODISMO DE SALUD...HOSPITAL ARTURO GRULLONPor Ramón de Luna Peguero///EPC DOMINICANA-MEDIOS

En Santiago.-La propiedad pública es todo aquello construido con los dineros del pueblo, por lo que usted, nosotros y la ciudadanía en general somos los dueños, pues se construyó con los impuestos que impuso el gobierno municipal o el gobierno central y es obvio que todo el mundo está en la obligación de cuidarla con esmero. En toda ciudad y en todo país, lo que es propiedad pública se respeta y la ciudadanía está en la obligación de cuidarla con esmero, pues destruirla conlleva penas severas.

Atentar contra la propiedad pública es castigado en los Estados Unidos o en Europa sin contemplación y pensamos que también ocurre lo mismo en las naciones hermanas de América Latina. Motiva este comentario el hecho ocurrido en una de las áreas del hospital infantil “Arturo R. Grullón” de nuestra ciudad, donde en días pasados una turba compuesta por gente violenta destruyó enseres del referido centro de salud.

Eran familiares de niños que allí habían sido internados por estar afectados por gases lacrimógenos lanzados por la policía y al parecer querían saber el estado de los mismos, pero su actitud resulta reprochable desde cualquier punto de vista.

Los autores exhibían un comportamiento reñido con las buenas costumbres, pues cualquier centro médico debe respetarse y no convertirlo en campo de batalla, primero, por la seguridad que merecen los internos y el personal médico y, segundo, aquello es una propiedad pública que a la ciudadanía le ha costado un alto precio.

Estamos viendo una serie de incursiones de gente violenta que invade hospitales y clínicas. Recientemente de un hospital una turba se llevó a una persona herida que fue ingresada, no sin antes matar a un vigilante. La delincuencia y la falta de civismo ha llegado a niveles tan altos, que no se respetan hospitales ni iglesias.

Desconocemos las penalidades que hechos así merecen, así como el castigo que conlleva el haber destruido la propiedad pública. Las aceras son propiedad pública, las bombillas de los parques también lo son, así como los edificios municipales y estatales. De seguir permitiendo ese estado de cosas, caeremos en un mayúsculo desorden y estaremos llegando al mismo nivel a que han llegado los habitantes del hermano Estado de Haití, donde allí nada se respeta, comenzando por la vida de los demás.

Todos los ciudadanos, comenzando por el Presidente de la República, estamos en el deber de contribuir a que hechos punibles no sigan ocurriendo, de lo contrario, CERREMOS EL PAÍS, VOTEMOS LA LLAVE Y LARGUÉMONOS DE AQUÍ.

Ramón de Luna....Articulista de OpiniónRamón De Luna 21 de junio, 2016.-Termina la cita FUENTE: CONSULTING-OBSERVATORIOS EPC///REDES RAMO
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