Por Franklin Onésimo Tavárez Sánchez, M.A.M.
En el distrito municipal de Amina existe un locutor y dirigente político que lleva por nombre Tony Cerda, al cual conocemos y profesamos amistad desde hace muchos años, dándole apoyo personal y de cobertura en sus pruebas más grandes, por lo que tenemos la calidad moral para sugerirle y hasta para recriminarlo como hermano.
Es que el paso dado recientemente por Tony Cerda, al abandonar su tradicional Partido Revolucionario Dominicano para mudarse hacia el P.R.M. ha debido ser una decisión correcta, si con ello hubiese logrado la garantía de una candidatura a director distrital de Amina que ya tenía garantizada en su P.R.D., pero no haber logrado tal rol ha sido un paso en falso para su carrera política.
Como amigo de Tony nos parece injusta una campaña comunicacional en su contra y que en su nueva organización no le reconozcan sus méritos y trayectoria, pues no han debido crearle falsas expectativas si los numeritos no le daban para ser candidato, en cuyo caso si lo reciben con los brazos abiertos, entonces no deben acabarlo y denigrarlo frente a postulantes de muchos recursos económicos que le adversan en el PRM AMINA.
Nadie puede en su sano juicio, negar las aspiraciones a Gabriel Santana en el PRM, pero nos parece impropio que para ello desaten una desconsideración y campaña mediática contra Cerda, el cual por su inestabilidad política y pasos impensados, parece estar llegando a su deceso partidario al no poder competir contra el poder económico que promueven amplios sectores en Amina.
Desde nuestro espacio reiteramos el afecto a Cerda y ningún encono contra Santana, pero esperamos que la dirigencia local del PRM detenga las ofensas contra Tony, a la vez que lamentamos en el alma que desde ese partido estén siendo multiplicados los ataques y pleitos que antes atribuían a su antiguo partido, dicho lo cual le decimos a CERDA, hermano lamentamos su situación actual, pero cada ser humano es él y sus consecuencias, mantenga la frente en alto y de este lado se le quiere sin importar cuáles sean sus yerros.
Hasta un próximo comentario.