Por www.franklinonesimotavarezsanchez.com Subía de forma impensada el precio que los ofertantes estaban dispuestos a pagar por la calidad y cantidad de tus cualidades únicas, pero felizmente para los que te amaríamos consanguíneamente – décadas después – como tus descendientes -tú no estabas a la venta-en un mercado centralizado, donde el Estado metía sus narices casi en todo y procurando sus tajadas hasta de las emociones individuales,
Era otra época, en la que el trueque aun prevalecía como forma tiránica de comercio y muchos padres comprometían a sus hijas casi al nacer, con descendientes de otros acaudalados, como buscando plusvalías adelantadas que les aumentara los ingresos y disminuyera los costos y gastos de sus monotonías cotidianas.
Un día cualquiera, un staff transformador de la tierra, creador de ri-
riquezas por medio del trabajo tesonero llamado producción, haría brotar de tu corazón el más excelso amor, mientras demandaba con avidez que a cambio de su pasión intercambiaras con él, una promesa de vida juntos.
Así surgió la historia, ambos formaron una mancuerna perfecta, -tú descendiente de Españoles, él con su negritud perfecta, heredada de los Africanos traídos a la Isla por el Almirante Genovés -, se fusionaron en un clímax que aun vive tras sus desapariciones físicas, pues se evidencia en su cantera de hijos, nietos, biznietos y más.
Te amo forjadora de mi padre ahora
occiso, mientras rememoro sus esfuerzos laborales que llevaron nuestras plantaciones a sus niveles óptimos de producción, dejando la tierra combinada con el trabajo, como la enseñanza perfecta para ensanchar el capital, mientras nos decían: Nunca tomen nada que no venga del sudor propio, ni ambicionen lo ajeno.
Gracias abuela querida que tantos bienes y servicios me diste sin pedirme nada a cambio, pues el árbol genealógico que hoy dejaste, hace maravillas tanto el sector primario, secundario, terciario y cuaternario, sobresaliendo como hombres y mujeres de seriedad probada – MADRE ABUELA…yo te extraño.Autor: Franklin Onésimo Tavárez Sánchez MAM/MAE
Subía de forma impensada el precio que los ofertantes estaban dispuestos a pagar por la calidad y cantidad de tus cualidades únicas, pero felizmente para los que te amaríamos consanguíneamente – décadas después – como tus descendientes -tú no estabas a la venta-en un mercado centralizado, donde el Estado metía sus narices casi en todo y procurando sus tajadas hasta de las emociones individuales,
Era otra época, en la que el trueque aun prevalecía como forma tiránica de comercio y muchos padres comprometían a sus hijas
casi al nacer, con descendientes de otros acaudalados, como buscando plusvalías adelantadas que les aumentara los ingresos y disminuyera los costos y gastos de sus monotonías cotidianas.
Un día cualquiera, un staff transformador de la tierra, creador de ri-
riquezas por medio del trabajo tesonero llamado producción, haría brotar de tu corazón el más excelso amor, mientras demandaba con avidez que a cambio de su pasión intercambiaras con él, una promesa de vida juntos.
Así surgió la historia, ambos formaron u
na mancuerna perfecta, -tú descendiente de Españoles, él con su negritud perfecta, heredada de los Africanos traídos a la Isla por el Almirante Genovés -, se fusionaron en un clímax que aun vive tras sus desapariciones físicas, pues se evidencia en su cantera de hijos, nietos, biznietos y más.
Te amo forjadora de mi padre ahora
occiso, mientras rememoro sus esfuerzos laborales que llevaron nuestras plantaciones a sus niveles óptimos de producción, dejando la tierra combinada con el trabajo, como la enseñanza perfecta para ensanchar el capital, mientras nos decían: Nunca tomen nada que no venga del sudor propio, ni ambicionen lo ajeno.
Gracias abuela querida que tantos bienes y servicios me diste sin pedirme nada a cambio, pues el árbol genealógico que hoy dejaste, hace maravillas tanto el sector primario, secundario, terciario y cuaternario, sobresaliendo como hombres y mujeres de seriedad probada – MADRE ABUELA…yo te extraño.
Autor: Franklin Onésimo Tavárez Sánchez MAM/MAE
