Por Franklin Onésimo Tavárez Sánchez, MAM./MAE
Caramba, aun recuerdo la forma poco usual en que llegaste a nuestras vidas…
La existencia te había golpeado y se notaba que la abundancia culinaria no había sido dadivosa contigo.
La delgadez y la carencia de vitaminas se te DELATABAN a lejos, pero bastaron unos meses para que ya fueras parte de la nueva célula social que te acogía como parte nuestra.
Desde entonces muchas lluvias han caído y tus afectos sin condiciones han sido una bendición en medio de un mundo con tantas falsedades.
No sabes cuánta alegría me das cuando me recibes con algarabía y bailes sobre ti mismo, con solo verme asomarme a la puerta de la casa.
…Gracias por esos pequeños detalles que matizas en mi hogar, te estimo mi amigo, GRACIAS -QUERIDO TERRY-