Autor: Franklin Onésimo Tavárez Sánchez, MAM / MAE
A ti…Mujer, caray, cómo pasa el tiempo, parece que fue ayer que viniste al mundo y te interceptaste en mi camino y para provocarte unas sonrisas te digo:-Vive a plenitud. No olvides que eres especial
te deseo muchas felicidades y mucho éxito…disfruta y cuida tu salud
Ahora podría salir a la puerta y como si yo fuera un invitado, decirte: Buen día, cómo estás?
Sabes: Me siento contento cada vez que tomas la iniciativa de darme un te quiero o saludarme, pues me siento compensado, gratificado e importante
Es que si siempre soy quien da los te quiero como acontece muchas veces, me asalta el temor de que se agote la presa matriz de donde re-abastezco mis piropos a ti.
Recuerda mujer que la bella eres tú, que con solo aparecer en mi horizonte mañanero, en el de mi tarde o en el de mi noche… Me inspiras.
Ah, dulce amada, por favor, me cuidas esa cara que portas contigo y el resto de mi cuerpo que disfrutas como inquilina y no te atrevas a decir que ese organismo y esa boca paradisiacos son tuyos, pues las maravillas no son de quien las tiene sino del que las necesita y vaya como yo a disfrutarlas ampliamente…
Ah, amada mía, ya sé. De seguro me dirás:-Este cuerpo es mío, pues nadie posee dos cuerpos y yo te preguntaré: Quién dijo que tengo dos cuerpos? Y a seguidas te responderé que este humilde armazón que me han prestado de seguro es tuyo para que lo reclames en tu momento… Pero si no estás de acuerdo, prepárate que nos veamos en el tribunal del amor donde espero te emitan veredicto de por vida a dejarte seducir de mí, UNA Y OTRA VEZ, renovando la conquista en cada amanecer en un noviazgo eterno.
Y a usted amigo lector o receptor, si estos versos míos le encajan a su amada, úselos, pero por favor me conserva el derecho de autor…
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