Las Cámaras de Comercio y Producción en la República Dominicana son instituciones clave para el desarrollo económico y empresarial. Su función trasciende el simple registro mercantil: son espacios de apoyo, conexión y representación.
Cada provincia cuenta con su Cámara de Comercio, y en ellas los emprendedores y empresarios encuentran un aliado estratégico para crecer. Su rol es, en muchos casos, el puente entre el sector privado y las políticas públicas.
Entre sus funciones destacan la expedición de certificados, la promoción de ferias comerciales, la capacitación empresarial y el fomento de la innovación. Todo esto fortalece el tejido económico del país.
Además, las Cámaras sirven como mediadoras en conflictos comerciales, ofreciendo soluciones que evitan procesos judiciales largos y costosos.
En mi experiencia, recomiendo a todo emprendedor dominicano afiliarse a su Cámara de Comercio local. Allí encontrará no solo respaldo, sino también oportunidades de networking que pueden marcar la diferencia.
El trabajo conjunto entre Cámaras y empresarios ha sido clave para dinamizar economías locales, impulsar exportaciones y fomentar la competitividad.
Su rol es, en definitiva, un pilar en la formalización y crecimiento de los negocios en el país. Quien ignora su existencia, pierde la oportunidad de contar con un aliado invaluable.
Autor: Franklin Onésimo Tavárez Sánchez, Catedrático universitario, locutor, comunicador y CEO de FOTS Dominicana.
