Mi granito de arena para FOTS Dominicana Medios
Si queremos fortalecer nuestro SNTP Valverde, debemos comenzar por la autocrítica y no dirigir desde la exclusión
Por Franklin Onésimo Tavárez Sánchez
Si de verdad anhelamos fortalecer nuestro Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), filial Valverde, debemos comenzar por mirarnos hacia adentro, con honestidad y espíritu autocrítico. No se puede dirigir desde la exclusión ni sostener un gremio con bases frágiles, donde el ego y la intolerancia ocupen el lugar de la humildad y la inclusión. El SNTP no puede ser un club cerrado ni una plataforma para alimentar vanidades; debe ser, más bien, una casa abierta donde todos los comunicadores encuentren espacio, voz y respeto.
Quienes hemos dedicado buena parte de nuestras vidas a esta noble causa gremial, observamos con profunda preocupación cómo el sectarismo y la fragmentación amenazan los cimientos de nuestra organización. Hoy, la filial Valverde luce reducida a un accionar casi municipal, dejando fuera a representantes de otros municipios y distritos, mientras surgen —como el junquillo después de la lluvia— nuevas asociaciones de comunicadores que llenan el vacío que deja la inercia institucional. El SNTP debe recuperar su espíritu provincial, integrador y solidario, no quedarse en el pequeño círculo de siempre.
Resulta contraproducente que las actividades gremiales se concentren de forma casi totalitaria en una sola ciudad, o que algunos directivos crean que el sindicato debe asumir funciones que no le corresponden, como si fueran la reencarnación de la fenecida Comisión de Espectáculos Públicos. Peor aún, se mantienen prácticas anticuadas como convocar por un grupo cerrado de WhatsApp, donde se silencia a quien disiente y se ignoran los mecanismos formales de comunicación que garantizan transparencia y participación. Un gremio que no comunica bien hacia adentro, no puede pretender representar con legitimidad hacia afuera.
Es momento de reconocer los errores cometidos durante el proceso electoral que culminó con la elección de una plancha única. En lugar de aprovechar esa circunstancia para fomentar la unidad, se impuso un tono de confrontación innecesaria, olvidando que lo que debía primar era la conciliación. Las elecciones ya pasaron, pero los resentimientos y las actitudes excluyentes permanecen, minando la credibilidad del liderazgo y debilitando el sentido de pertenencia. Quienes hoy dirigen deben entender que el poder gremial es transitorio y solo tiene valor si se ejerce con prudencia, respeto y sentido de servicio.
Un gremio fuerte se construye sobre la base del respeto a los derechos de sus miembros. Por eso, es deber indelegable de los directivos garantizar que cada afiliado reciba con claridad los comprobantes de sus aportes y las convocatorias a tiempo, con acuse de recibo. Negar esa información o excluir a miembros por descuido o capricho no solo es una falta ética, sino que además resta legitimidad a cualquier decisión que se adopte. El SNTP no puede convertirse en una élite burocrática, sino en un verdadero espacio de defensa de los trabajadores de la prensa y de la libertad de expresión.
Hoy más que nunca, el SNTP Valverde necesita reencontrarse con su esencia: ser la voz colectiva de los periodistas, locutores y comunicadores de toda la provincia. Si seguimos dividiendo, excluyendo o ignorando la diversidad de pensamientos, terminaremos con un sindicato de amigos y contertulios, en lugar de un gremio fuerte, plural y respetado. Todavía estamos a tiempo de rectificar. Que este sea mi granito de arena para despertar conciencias y sembrar unidad, porque el SNTP somos todos, o simplemente no será.
🖋️ Franklin Onésimo Tavárez Sánchez
Comunicador, escritor y dirigente gremial.
📍 Especial para FOTS Dominicana Medios




