Un niño extraviado enciende una hoguera. Análisis de una fábula para establecer la investigación y conocimiento científico o no.

  Por Franklin Onésimo Tavárez Sánchez, MAM. /MAE Hoy voy a hablarles sobre una fábula que nos muestra a un niño encendiendo una hoguera después de haber estado perdido en una isla y teniendo necesidad de usar el fuego para distintos propósitos de subsistencia, se vio en el rol de descubrir cómo podía generar una hoguera y para ello fue buscando madera o materiales en el entorno, pudiendo apartar los que generaban llamas de los que no. En ese caso específico, quiero explicar las siguientes interrogantes.
  1. ¿Crep que en su primera generalización el niño se equivocó? Fundamente su respuesta.
Ha de recordarse que el método científico nos lleva a obtener resultados en base a un conjunto de pasos y procesos sistematizados, pero que la ciencia se cuestiona y se mejora a sí misma. De modo que, no podríamos decir que el niño se equivocó, pues él estuvo observando y experimentando, producto de lo cual logró apartar los materiales que ardían y los que no, para luego generar leyes. De modo que no podríamos considerar sus acciones de la primera generación como un equívoco, sino la búsqueda de la verdad. ¿Qué me  enseña esta fábula sobre la investigación científica Esta fábula nos muestra que la investigación científica no es estática, sino procesual y que en base a verificaciones rigurosas, comprando, observando, experimentando vamos logrando nuevos conocimientos, que nos permiten explicaciones, como puede ser evidenciado en el accionar del niño, que al comparar los materiales y ver su accionar respecto a lograr fuego o no, pudo separarlos y al final generar sus propias comprobaciones sobre cuáles eran útiles para sus propósitos, o no, con lo cual estuvo ante la investigación científica debidamente aplicada ¿Qué nos enseña esta fábula sobre el conocimiento científico? Si recordamos que el conocimiento científico es el resultado de acciones que permiten al individuo conocer por medio de sus sentidos y otros instrumentos, las impresiones de situaciones estudiadas con condiciones específicas separadas de ilusiones ópticas, entonces podemos decir que el niño alcanzó el conocimiento científico. La anterior apreciación la basamos en que la obtención del fuego no fue una ilusión óptica, pues él lo logró, le sacó beneficio y estuvo claro de cuáles materiales producían fuego y cuáles no, lo que podemos considerarlo como conocimiento científico para el caso que nos ocupa. DE ESTE TEMA SEGUIREMOS HABLANDO.  
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