Por https://franklinonesimotavarezsanchez.com
En Montecristy.-Llegar a este espacio con amplio terreno, instalaciones moderadas y unos cuantos niños albergados, constituyó una segunda experiencia que me llenó de felicidad y de impotencia a la vez, por cuanto no puedo comprender cómo las autoridades de la ciudad del morro y sus entes más sensibles no fijan sus vistas hacia ellos, en procura de darles mayor apoyo económico y estratégico.
Eran las ocho de la mañana, cuando acompañado del ex-interno en esa estancia -y ahora líder universitario, Leonel Fabián, abordamos el medio de transporte que nos llevaría junto a otros integrantes de una selecta comitiva a la tierra del manifiesto Gómez-Martí
Como en la ocasión anterior, nos deleitamos con el espectacular paraíso del noroeste y con la impotencia de comprobar que a esa zona le hace falta mayor apoyo estatal y privado. Habrían transcurrido casi dos horas cuando abandonados la calle principal de la paradisiaca zona del Morro, para adentrarnos por las calles estrechas que llevan espacio que alberga a infantes sin progenitores o desarropados del amor familiar, los cuales tienen en nuestra estructura de destino, un oasis de protección.
El último tramo de calle que conecta el HOGAR con el asfalto, luce lleno de polvo y tierra, lo recorrimos deseosos de llegar y al arribar a la puerta de entrada, un adolescente abrió el portón -CONTENTO- y luego corrió tras el medio de transporte hasta que nos detuvimos y lleno de una alegría sin par dijo; BENDICIóN Leonel- es que así le dicen todos los hermanos alojados allí, a este ilustre ex -albergado que ahora cursa una carrera universitaria y no olvida sus raíces.
Abrazos por doquier, sonrisas de bienvenida, verificación de cómo andaban todos, a la espera del pastor Ramón Perdomo Sosa, -quien se encontraba en el Pueblo cuna de historias de Manolo Tavárez y las hermanas Mirabal-, pero que al recibir el mensaje vía telefónica llegó al domicilio como empujado por resoltera y al vernos, no pudo menos que expresar felicidad con cada uno de sus órganos corporales.
El reloj marcaba las once de una extraordinaria mañana Liniera, ocasión perfecta para entregar arroz, golosinas, frutas y comestibles diversos llevados por la comitiva encabezada por Fabián y que fueron recibidos con júbilos y el orgullo de verse convertir en un hombre de bien a un otrora residente en esta casa hogar de niños desamparados.
Antes de decir HASTA LUEGO y posar para el lente mágica que cada recuerdo eterniza, el religioso nos recordó que hace unos meses remitió una carta al presidente Medina, solicitando un autobús para trasladar a los alojados, desde el albergue a las escuelas y las iglesias, pero que aun espera respuestas, lo mismo que por una subvención y apoyo de las autoridades y con lágrimas en los ojos rememoró que en sus tiempos de aspiraciones el ahora senador Vieluf les visitó y prometió volver y aun lo esperan.
Dejamos atrás aquel espacio dador de vidas y esperanzas, comprometidos en multiplicar sus historias, confiados en que nuestros hermanos de la prensa montecristeña y el resto de Dominicana, pongan sus ojos, al igual que nosotros en este -hogar la #Esperanza de un #niño , pero mientras eso ocurre, aquí les dejo, mi primer fragmento de esta serie de crónicas respecto a un lugar que CLAMA MAYOR SOLIDARIDAD EN MONTECRISTI
Hasta una próxima crónica